A fin de evitar riesgos para las personas y el medio ambiente siga las instrucciones de uso especificadas en la etiqueta. No utilizar sobre alimentos ni utensilios de cocina. Se tomarán las medidas necesarias para evitar que el producto contamine los utensilios, los alimentos y sus envases.

Localizar nidos y sendas habitualmente utilizados por los roedores mediante la búsqueda de excrementos y rastros visibles. Dependiendo del uso y de la categoría de usuario: disponer la mayor cantidad de puntos de cebo con 2 – 4 bloques en cada uno (en el caso de ratas están autorizados hasta 12 bloques por punto de cebo), cubriendo los puntos de manera que se impida el acceso a especies no sujetas a control. Revisar cada semana reponiendo el doble de producto si ha existido un consumo total o la cantidad consumida si ha sido parcial. Si en las inspecciones de mantenimiento no se observaran más señales de roedores, se retirarán algunos de los cebos, dejando un retén de producto. Los cebos en bloque pueden fijarse donde convenga con un alambre. Se puede sujetar a un soporte para impedir que sean trasladados por los roedores o arrastrados por el agua cuando se produzca una subida de nivel de cursos de agua próximos. Es aconsejable seguir un plan de higiene en el que se realicen registros de los puntos donde se coloque los bloques, a fin de poder revisarlos periódicamente para reponerlos, aumentarlos o retirarlos. Los roedores son transmisores de enfermedades. No tocar los roedores muertos con las manos sin guantes, utilice guantes o utensilios tales como pinzas para su eliminación.