Su campo de aplicación es la señalización vial, tanto urbana como de carreteras, siendo las superficies a tratar: Asfalto, hormigón, mortero o cemento.
Su uso es muy necesario en organismos oficiales, servicios de mantenimiento de comunidades de vecinos, hoteles, urbanizaciones, aparcamientos o cualquier instalación que cuente con viales de tráfico.